La solución definitiva y sin cirugía para la eliminación de la grasa localizada
Dentro de los tratamientos no quirúrgicos para reducir la grasa localizada, y tras los modestos resultados obtenidos con todas las técnicas a base de ultrasonidos, se ha erigido como referente en este ámbito una nueva técnica que, por su eficacia y seguridad, es , actualmente, la única alternativa comparable a la liposucción y técnicas quirúrgicas afines. Nos referimos, obviamente, a la adipocitòlisi, un tratamiento en el que, mediante la técnica de la intralipoterapia, se inyecta directamente en el tejido adiposo una solución detergente que rompe el adipocito, la célula que almacena la grasa.
“El adipocitòlisi por intralipoterapia cuenta con la ventaja adicional de que evita la flacidez posterior y mejora el aspecto y la textura de la piel”
Además, la tumescencia que esta sustancia produce en el tejido adiposo permite que la aplicación posterior de ultrasonidos externos aumente la eficacia en producir una microcavitació efectiva en este tejido y, por tanto, que ambos juntos consigan un efecto sinérgico que , como apuntábamos anteriormente, no tiene parangón con el resto de técnicas no quirúrgicas actuales para este fin, yque cuenta con la ventaja adicional que evitan la flacidez posterior y mejora el aspecto y la textura de la piel.
Para la aplicación del tratamiento se sigue el protocolo siguiente: una vez descartados los casos no indicados, y tras la correspondiente historia clínica, se realiza un análisis de la composición corporal y una valoración del estado nutricional mediante impendanciometria, así como una plicómetro (medición del pliegue de grasa), junto con la delimitación y la medición de la zona a tratar y de los perímetros de las áreas adyacentes. A continuación, mediante la intralipoterapia (una técnica muy específica de uso exclusivo para médicos entrenados), se infiltra directamente al tejido graso la sustancia detergente que inducirá el vaciamiento del contenido del adipocito y disolverá la grasa, que finalmente se eliminará vía linfática y urinaria.
Pasados unos minutos, se procede a la aplicación de ultrasonidos externos con unos parámetros determinados, que, como hemos explicado, complementarán el tratamiento y en mejorarán los resultados. Estas sesiones de ultrasonidos se repiten con frecuencia semanal mientras dure el tratamiento y, además, se pueden combinar con otros tratamientos, como el drenaje linfático, la ozonoterapia o la carboxiterapia para maximizar su eficacia o tratar paralelamente problemas asociados, como la celulitis y flacidez, en la zona en cuestión.
Esta técnica no está indicada para tratar el sobrepeso ni la obesidad, sino, como hemos dicho, los cúmulos de grasa localizada resistentes a cualquier tratamiento dietético. Dentro de estos se pueden tratar tanto los llamados primarios (de tipo hormonal y / o hereditario), que se localizan sobre todo en la mitad inferior corporal (cartucheras, cara interna de los muslos y rodillas, etc.), como los secundarios (relacionados los hábitos alimentarios), más frecuentemente ubicados en la mitad superior corporal (abdomen, flancos, pliegue torácico, papada, cara posterior de los brazos, etc.), y los patológicos o yatrogenia (relacionados con ciertas patologías o el uso de determinados fármacos) , como la joroba de búfalo o algunos lipomas. La reducción de la grasa que se consigue es permanente en todas estas zonas, si bien en las de tipo secundario, debido a que están relacionadas con la ingesta, pueden recuperarse parcial o totalmente en caso de que se gane peso.
Finalmente, hay que decir que son necesarias generalmente varias sesiones, variables según cada caso, para alcanzar resultados comparables o superponibles a la liposucción, si bien desde la primera sesión ya se objetiva la disminución del cúmulo de grasa en cuestión. El tratamiento es muy poco molesto, perfectamente tolerado y no requiere ningún tipo de convalecencia. Además, como que la sustancia inyectada es un derivado del ácido desoxicòlic, un componente fisiológico de la bilis, los efectos secundarios son prácticamente inexistentes y, en caso de que se de produjeran, son leves (calor, enrojecimiento, prurito …), locales y de poca duración.
Por todas estas características explicadas, el adipocitòlisi por intralipoterapia es, sin duda, actualmente el referente de los tratamientos no quirúrgicos para tratar la grasa localizada, sola o combinada con ultrasonidos, y es, por su seguridad y eficacia, uno de los tratamientos más solo solicitados en la actualidad.
“Esta técnica no está indicada para tratar el sobrepeso ni la obesidad, sino los cúmulos de grasa localizada”