El término Hiperhidrosis hace referencia al exceso de sudoración producida por una alteración del sistema nervioso vegetativo que hace que se produzca más sudor del necesario para regular la temperatura de nuestro cuerpo. Las causas de aparición de este trastorno son diversas: Se distinguen unas formas primarias o idiopáticas, y otras secundarias. Las primarias son localizadas y afectan a las palmas, plantas, cara o axilas. Las formas secundarias suelen ser generalizadas, y entre sus causas más frecuentes hay infecciones, neoplasias o endocrinopatías o por efecto de algunos fármacos. La hiperhidrosis primaria, que afecta a un 3% de la población, conlleva inseguridad, falta de confianza, angustia y estrés en las personas que la padecen, condicionando las relaciones sociales y alterando el desarrollo natural de sus actividades cotidianas como quitarse la chaqueta o llevar ciertas prendas o tejidos.
Para eliminar el exceso de sudor, la mejor alternativa no quirúrgica, actualmente, es el tratamiento con toxina botulínica. Mediante esta conseguimos interrumpir la hiperactividad de las glándulas sudoríparas al bloquear las terminaciones nerviosas simpáticas responsables de estimular estas glándulas. El procedimiento de tratamiento es el siguiente: Tras la pertinente Historia y Exploración Clínica, se efectúa un test para delimitar el área a tratar, y acto seguido se infiltra el producto a través de una aguja extremadamente fina. La técnica es rápida, segura y prácticamente indolora, realizándose ambulatoriamente. En la zona de la axila, no requiere ni siquiera anestesia (o como mucho una crema anestésica tópica) y con pocas infiltraciones se completa el tratamiento. No requiere baja laboral y, una vez finalizado el tratamiento, el paciente puede reincorporarse con total normalidad a sus activados cotidianas.
Los resultados se observan de forma progresiva ya los pocos días de su aplicación, y sus efectos suelen durar entre 4 meses y un año, dependiendo de la zona y las características particulares de cada caso. En la axila, por ejemplo, la duración media es de 7-9 meses. Se recomienda un mantenimiento anual, si bien hay pacientes, que con pocas sesiones, la eliminación del exceso de sudoración es definitiva.
Finalmente, no nos cansaremos de repetir que resulta crucial acudir a un Centro Médico autorizado y que el tratamiento lo realice un médico entrenado en esta técnica en concreto. Los tratamientos con toxina botulínica son en general muy seguros y con escasos o nulos efectos secundarios, siempre que se efectúen bajo estas condiciones. No recorte nunca en su seguridad.